domingo, 25 de octubre de 2009

Judd Apatow, o el hombre de las películas prefabricadas








Al público no hay que dárselo todo masticado, como si fuera tonto. A diferencia de otros directores que dicen que dos y dos son cuatro, Lubitsch dice dos y dos... y eso es todo. El público saca sus propias conclusiones". Billy Wilder


Me paso viendo Adventureland. Una peli agradable, mirable y punto. Pero había algo que no me cerraba. Olor a Apatow (no se cada cuanto se baña, o el perfume que usa, pero es la mejor forma que encontré de definirlo). Algo que me parecía ya haber visto. Recurrí al buscador, intentando linkear la película con Apatow, y ahí estaba, en los créditos, el agradecimiento del director (Mottola) a Judd.

La película, como dije, no esta mal. Tampoco que Mottola le agradezca a Apatow, ni nada. De hecho no considero que haya algo en todo esto que este mal. Pero el olor a Apatow no me gusta.

Si repasamos su trayectoria (como director, productor y escritor), hay una clara constante en las películas: excentricidad, un toque bizarro, una mirada (excéntrica y bizarra, obvio) sobre el sexo, formato de sitcom llevada al cine, gags usados, reciclados y vueltos a usar hasta el hartazgo, algún que otro “loser” suelto, y humor estilo stand-up (basta con ver los interpretes; Adam Sandler, Steve Carell, Will Ferrell, Jack Black, y sigue la lista).

Apatow encontró la formula y la gente para hacer (y vender) sus películas. El hombre tiene algo así como el McDonald´s de Hollywood. Films que se hacen rápido, se digieren rápido, y se venden mucho. El problema, es que entre una y otra hamburguesa, nada cambia, más que los aderezos. La matriz de la película es siempre la misma, y eso, aburre.

Contestando a lo que alguna vez dijo el genial Billy, antes de ver una película de Apatow (o a los 10 minutos, seamos buenos), se sabe que la respuesta es 4.

No hay comentarios:

Publicar un comentario